Enojémonos un poquito más
Demando a los medios de comunicación, sobre todo a la televisión y sus programas matinales, a los comentaristas que, solazándose en la desgracia ajena, son incapaces de empatía alguna, porque su fibra espectacular ya no se conmueve, a los numerólogos y adivinos, a la producción de canal por sus mórbidas narraciones terroristas. Demando, o al menos pretendo enojarme, porque tienen el descaro de decir: la gente está ansiosa y nuestra misión es informar y al otro lado, en el reflejo del televisor, una señora de sonrisa nerviosa dice que estamos al final de los tiempos.
Tiembla el lenguaje al borde de la ira que debe despertar un poco más en nosotros.
Demando a los medios de comunicación, sobre todo a la televisión y sus programas matinales, a los comentaristas que, solazándose en la desgracia ajena, son incapaces de empatía alguna, porque su fibra espectacular ya no se conmueve, a los numerólogos y adivinos, a la producción de canal por sus mórbidas narraciones terroristas. Demando, o al menos pretendo enojarme, porque tienen el descaro de decir: la gente está ansiosa y nuestra misión es informar y al otro lado, en el reflejo del televisor, una señora de sonrisa nerviosa dice que estamos al final de los tiempos.
Tiembla el lenguaje al borde de la ira que debe despertar un poco más en nosotros.