Estudiante en paro.
Esperando... no sé qué.
Miro el techo. Esa interminable colección de posters y dibujos adheridos; un afiche del Cine Adicción de Valparaíso (14/15 de junio, hace 2 años), debí haberme robado un afiche del Cine Adicción de Santiago, ese en el que pasaron "Meet the febbles" de Peter Jackson, "Tape" de Richard Linklater, "Eraser Head" de David Lynch, son los que recuerdo, junto al olor a marihuana extendido por todo el teatro oriente; una fotografía con mi curso en séptimo básico; una serigrafía de Guillermo Nuñez.
Abro el messenger. Pido grotescamente, vía nick, que alguien me envíe algún tema de Falco. Más tarde abriré el e-mule.
---
Estudiante en paro. Esperando... no sé qué.
No se me ocurre nada.
Decido escribir acerca de ello, pero me da lata; tantas formas de hablar, me exacerban (como el tono academicista del vez en cuando). Y pienso. De cierta manera, mis palabras son un collage, digo, realmente un collage, tijeras y papel lustre en el suelo, cola-fría entre mis dedos, mentiras al hombro, y una cruz que atraviesa tus instintos al fondo del aula, el delantal blanco (o azul). Estas son palabras prestadas, que en el fondo (seamos honestos), no devolveré.
Ahora bien, la actualidad:
Los estudiantes se han manifestado. La realidad incorpórea (y no por eso, menos tangible) se hace carne, para volverse verbo en la historia (proceso de retroalimentación). Se hicieron palpables los miedos de los gobernantes del mundo. La ciudadanía tiene el poder en sus manos. Ya NO MÁS algo rentable (en el sentido de trabajar menos y ganar más) vivir de la política. Los estudiantes se mantienen paralizados. Algunos estudiantes de la educación superior nos hemos adheridos. Este momento es una crisis (ie. el momento justo para abrir la herida, quitar la infección, no quisiéramos amputar). "Estamos escribiendo la historia" (una puta frase cliché que sólo he incluído con ese propósito). Así pues, debemos tomarnos las cosas con la seriedad que se merece; pretendemos cambiar el mundo (por más pequeño que sea el nuestro), y no me parece una causa risible (acalla esa carcajada).
Hace algunos días escuchaba ideas tremendas, brillantes en su concepción, que mostraban como solucionar uno y varios problemas sociales; contribuí, humildemente, con las mías. Bien. Pero ¿cómo lo hacemos? - No, la verdad es que no lo hacemos, lo pensamos concienzudamente, lo analizamos hasta hartarnos de su perfección y luego nos regocijamos. [La razón me pareció evidente luego de mi iracunda respuesta, ya se ha intentado antes]
Pero también, antes no era cosa de escribirlo y que días más tarde comenzase una revolución. Ahora parece que sí.
Yo os llamo, amigos, a tener postura; y a proponer cambios, no mañana cuando salgas diputado o presidente, ahora.
[Teoría de la mediación: Reformularemos el mundo desde afuera, desde las comunicaciones globales, y entonces, aquel no será nuestro mundo]
Esperando... no sé qué.
Miro el techo. Esa interminable colección de posters y dibujos adheridos; un afiche del Cine Adicción de Valparaíso (14/15 de junio, hace 2 años), debí haberme robado un afiche del Cine Adicción de Santiago, ese en el que pasaron "Meet the febbles" de Peter Jackson, "Tape" de Richard Linklater, "Eraser Head" de David Lynch, son los que recuerdo, junto al olor a marihuana extendido por todo el teatro oriente; una fotografía con mi curso en séptimo básico; una serigrafía de Guillermo Nuñez.
Abro el messenger. Pido grotescamente, vía nick, que alguien me envíe algún tema de Falco. Más tarde abriré el e-mule.
---
Estudiante en paro. Esperando... no sé qué.
No se me ocurre nada.
Decido escribir acerca de ello, pero me da lata; tantas formas de hablar, me exacerban (como el tono academicista del vez en cuando). Y pienso. De cierta manera, mis palabras son un collage, digo, realmente un collage, tijeras y papel lustre en el suelo, cola-fría entre mis dedos, mentiras al hombro, y una cruz que atraviesa tus instintos al fondo del aula, el delantal blanco (o azul). Estas son palabras prestadas, que en el fondo (seamos honestos), no devolveré.
Ahora bien, la actualidad:
Los estudiantes se han manifestado. La realidad incorpórea (y no por eso, menos tangible) se hace carne, para volverse verbo en la historia (proceso de retroalimentación). Se hicieron palpables los miedos de los gobernantes del mundo. La ciudadanía tiene el poder en sus manos. Ya NO MÁS algo rentable (en el sentido de trabajar menos y ganar más) vivir de la política. Los estudiantes se mantienen paralizados. Algunos estudiantes de la educación superior nos hemos adheridos. Este momento es una crisis (ie. el momento justo para abrir la herida, quitar la infección, no quisiéramos amputar). "Estamos escribiendo la historia" (una puta frase cliché que sólo he incluído con ese propósito). Así pues, debemos tomarnos las cosas con la seriedad que se merece; pretendemos cambiar el mundo (por más pequeño que sea el nuestro), y no me parece una causa risible (acalla esa carcajada).
Hace algunos días escuchaba ideas tremendas, brillantes en su concepción, que mostraban como solucionar uno y varios problemas sociales; contribuí, humildemente, con las mías. Bien. Pero ¿cómo lo hacemos? - No, la verdad es que no lo hacemos, lo pensamos concienzudamente, lo analizamos hasta hartarnos de su perfección y luego nos regocijamos. [La razón me pareció evidente luego de mi iracunda respuesta, ya se ha intentado antes]
Pero también, antes no era cosa de escribirlo y que días más tarde comenzase una revolución. Ahora parece que sí.
Yo os llamo, amigos, a tener postura; y a proponer cambios, no mañana cuando salgas diputado o presidente, ahora.
[Teoría de la mediación: Reformularemos el mundo desde afuera, desde las comunicaciones globales, y entonces, aquel no será nuestro mundo]