La pasión que tengo por la economía y el análisis de las estructuras sociales siempre se ha visto influenciada por mi subjetiva percepción de la felicidad (individual y social) y mi profunda convicción de que somos responsables de ella. Creo que la felicidad se funda en el amor a uno mismo y a los demás, y que las sociedades deben amarse para alcanzarla.
Se dice que la economía estudia la mejor forma de usar los recursos escasos, y los gobiernos, en tanto, se preocupan (o al menos eso dicen) del bienestar de sus pueblos. Luego, al hablar de bienestar en economía política, hablamos de la felicidad de las personas de una nación y, por lo tanto, de un trabajo de servicio y amor a la sociedad. Visto así, el móvil de las políticas no debería alejarse mucho de esta síntesis básica. ¿Por qué se aleja, entonces? En cierta ocasión, tuve la oportunidad de hacer llegar una pregunta al ministro de hacienda Andrés Velasco: ¿De qué manera la expansión económica del país está contribuyendo a la felicidad de los ciudadanos? Su respuesta fue la siguiente:
Es posible que la respuesta que me otorgue una gran satisfacción personal con relación a mis expectativas, pero no resuelve del todo mi inquietud, o no al menos en los términos que expongo. Me gustaría hacer ver cómo es que, efectivamente, los gobiernos deben hacerse responsables de nuestra felicidad y que ella no depende sólo de un crecimiento sostenido de la economía, depende de un proyecto social comprometido.
(1) (Fuente: Atinachile.cl, http://www.atinachile.cl/node/14864)
(FELICIDAD)
Se dice que la economía estudia la mejor forma de usar los recursos escasos, y los gobiernos, en tanto, se preocupan (o al menos eso dicen) del bienestar de sus pueblos. Luego, al hablar de bienestar en economía política, hablamos de la felicidad de las personas de una nación y, por lo tanto, de un trabajo de servicio y amor a la sociedad. Visto así, el móvil de las políticas no debería alejarse mucho de esta síntesis básica. ¿Por qué se aleja, entonces? En cierta ocasión, tuve la oportunidad de hacer llegar una pregunta al ministro de hacienda Andrés Velasco: ¿De qué manera la expansión económica del país está contribuyendo a la felicidad de los ciudadanos? Su respuesta fue la siguiente:
Las mejores condiciones de vida contribuyen al bienestar. Si tenemos más recursos podemos asegurar a todos lo básico: alimentos, un lugar digno donde vivir, educación, participación en la sociedad. Pero creo que la felicidad es de otro orden y se cultiva independientemente de la situación económica, porque se relaciona mucho más con lo que vinimos a hacer y hacia dónde dirigimos nuestra vida. En lo personal, creo que felicidad tiene que ver con hacer algo por otros y, entre otras razones, por eso es que estoy en el servicio público (1)
Es posible que la respuesta que me otorgue una gran satisfacción personal con relación a mis expectativas, pero no resuelve del todo mi inquietud, o no al menos en los términos que expongo. Me gustaría hacer ver cómo es que, efectivamente, los gobiernos deben hacerse responsables de nuestra felicidad y que ella no depende sólo de un crecimiento sostenido de la economía, depende de un proyecto social comprometido.
(1) (Fuente: Atinachile.cl, http://www.atinachile.cl/node/14864)
(FELICIDAD)
1 comentario:
Que interesante!! Un buen análisis crítico, y una respuesta bien pensada de Velasco.
Sabes, creo personalmente que esto de ser felices debe ir orientado en un plano bien personal, donde uno debe primeramente buscar cual es el norte de su vida; contando con, no se si decir facilidades, pero no teniendo obstáculos ni "económicos" ni educacionales, ni ideológicos o sicológicos, etc, cosa que lo que nos propongamos, podamos hacerlo, y no nos encerremos en una realidad atrofiante, que es lo que veo en mucha de la gente de nuestro país.
Creo que, en ese sentido, la responsabilidad del gobierno cae en otorgar estabilidad económica como social.
Que no tengamos una población con salud deficitaria, que la malnutrición no afecte los cerebros de niños que terminan luego en escuelas deficitarias que acrecentan aún mas su "perdida" de capacidad. Que esos niños no se críen en sardineras en barrios cerrados como ollas a presión, que lo único que logran cocer son vicios, malas juntas, o lo mas peligroso, la plaga mas grande, mas fuerte: la mediocridad, el estancamiento.
Creo que combatiendo eso, tenemos mas de la mitad de la pega hecha.
Saludos Claudio, y sorry x la mala redacción, ultimamente estoy escribiendo bastante mal.
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