Día del trabajador - 1 de mayo
Como estudiante
Como profesor del preuniversitario
Como escritor inédito
Trabajo
La escritura es también un instrumento. Se escribe con el cuerpo, me repito constantemente. Si la fatiga me vence, entonces no hay escritura, puede haber narración, sin embargo. Las historias que me gusta contar vienen del recuerdo de la infancia, la adolescencia, entonces imagino senderos paralelos, historias anexas a la mía, entrelazándose y generando sus propios mitos. Invento la historia biográfica de las personas-personajes y, entonces, emerge su propia psiquis.
Uno escribe acerca de lo que conoce, o al menos de lo que cree conocer. Rozar el contenido simbólico de otros es algo similar, porque se te adhiere parte de su sensibilidad, te reconoces en el personaje y la historia que viviste se modifica, se carga emotivamente, se dispara el color y echa a andar un reloj a cuerda que traías detenido en el bolsillo.
Recuerdo demasiado bien mis fantasmas de juventud, mis temores, la soberbia. La culpa. La culpa. El juego de mirarse a través de los demás. El trabajo se realiza sobre uno mismo. Lo que vale es la producción de sentido.
Como estudiante
Como profesor del preuniversitario
Como escritor inédito
Trabajo
La escritura es también un instrumento. Se escribe con el cuerpo, me repito constantemente. Si la fatiga me vence, entonces no hay escritura, puede haber narración, sin embargo. Las historias que me gusta contar vienen del recuerdo de la infancia, la adolescencia, entonces imagino senderos paralelos, historias anexas a la mía, entrelazándose y generando sus propios mitos. Invento la historia biográfica de las personas-personajes y, entonces, emerge su propia psiquis.
Uno escribe acerca de lo que conoce, o al menos de lo que cree conocer. Rozar el contenido simbólico de otros es algo similar, porque se te adhiere parte de su sensibilidad, te reconoces en el personaje y la historia que viviste se modifica, se carga emotivamente, se dispara el color y echa a andar un reloj a cuerda que traías detenido en el bolsillo.
Recuerdo demasiado bien mis fantasmas de juventud, mis temores, la soberbia. La culpa. La culpa. El juego de mirarse a través de los demás. El trabajo se realiza sobre uno mismo. Lo que vale es la producción de sentido.
1 comentario:
hermosa reflexión :)
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