lunes, julio 14, 2008

No sé

Nunca sé por qué no he podido comenzar nunca un diario de vida.
Quizás ahora estaría leyendo los recuerdos que se hacen frágiles en la memoria, o demasiado plásticos, mejor dicho (sé que la diferencia entre frágil y plástico es abisal, pero qué más da si ya lo he escrito).

A veces pienso que si pudiera responder a esa pregunta fácilmente, nada de nada tendría sentido.

¿Es necesaria la continuidad? ¿Acaso es mejor si nos quedamos en el universo discontinuo de la memoria para permitirnos cambiar, camuflarnos, escondernos de nosotros mismos?

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Un montón de papeles dispersos en el suelo, sobre la cama, pegados como afiche en las paredes, entre los libros, aquí a mi lado (incluso a un lado del lavaplatos) son el corpus fragmentario de toda esta memoria.

1 comentario:

C. dijo...

Precisamente, ayer ordenaba mis diarios de vida, y espacio casi no me queda para otros enseres (por concepto de reciclaje, podría salvar, al menos, un par de bosques)
Sólo citaré una frase de Ana FranK: "El papel lo aguanta todo".
Saludos, venerable LEX ;)