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sábado, marzo 13, 2010

Credo político

Durante el último tiempo, aquella parte de la izquierda de la clase dominante, organizada en la concertación y toda su periferia política, se fue desmembrando y perdiendo el vigor que alguna vez la caracterizó, se anquilosó el discurso y las prácticas se vieron mermadas, en ocasiones, por la ineficiencia, la falta de integración ciudadana en la construcción política y el vértigo de las tendencias económicas. Sin las fuerzas suficientes, perdió el poder y el pueblo democrático volvió a elegir; Chile (con sus divisiones históricas, valóricas, sociales y culturales) eligió a un presidente de derecha, y con ello también eligió una participación ideológica diferente. Es cierto, el aparato estatal permanecerá, y ahora bajo nuevas formas de control. El ejercicio gubernamental tendrá un cariz gerencial y una eficiencia y ánimos no vistos en años. Pese a esto, los valores que representa este nuevo gobierno difieren de los míos; tampoco coinciden con los promovidos por la concertación, pero éstos, al menos, se acercan a una comprensión más humana de la sociedad: solidaria, inclusiva. Creo en el amor, creo en el ser humano y su capacidad para vivir en paz, de manera sustentable y fraternal.

Creo en la unidad / pero no aquella que se intenta imponer desde la hegemonía cultural

Creo en Chile y en el pueblo / pero también creo en un mundo que no esté dividido por las fronteras

Creo en la pacificación universal / y en la humildad del hombre

Creo en las personas / solidarias con el próximo

Creo en la poética de la política / y los poetas hablarán por los mudos

Creo en la familia / porque mientras exista, entendida como un espacio de amor y convivencia sin distinciones sexuales, raciales, ni de número ni calidad, existirá la colectividad y el esfuerzo común

Creo en el liderazgo / cuando sirve al propósito de hacer de éste un mundo mejor y no al afán personal o meramente directivo-empresarial

Creo en la eficiencia / cuando no se busca maximizar la utilidad sino permitir las mejores condiciones para la existencia digna y humana

Creo en el crecimiento económico y en el desarrollo / sustentable e integrado

Creo en la oposición y la dialéctica / constructiva

Creo en una cultura crítica / y propositiva / teórica y pragmática

Creo en la polifonía cultural, el color, en la tierra que remece el corpus de nuestra identidad. Creo en la autorganización y el desprendimiento del poder, creo en la representación de las mayorías, quienes que buscamos la felicidad y el amor en los otros. Creo en el desarme total y poético de toda forma de violencia contra el ser humano. Creo en el amor, ante todo.

sábado, septiembre 12, 2009

Cantos colectivos: José Antonio Rey del Corral

Esta vez, los invito a leer unos versos de José Antonio Rey del Corral, de su libro Cantos colectivos. Es un poema que me llamó profundamente la atención (y no hay más comentarios):


Poema 4

Hay poemas como una erosión,
te lisian con sus dulces engañosos ritmos,
tontos como terrones de azúcar
que poco a lentamente, te disuelven
la minivergüenza.
No quiero que mis versos sean
como las ostras de Arcachon
que casi nadie ha probado,
ni quiero una virtud con vestido pequeño:
virtuosismo.

Ah, esos poetas tristes inquilinos egoístas
de su paisaje terrateniente,
les pondría en las manos un puñado de tierra,
les daría a pronunciar en todo su sabor
la palabra misiera.
¿No les da risotada su aire
de estafador y payaso?
Oigan sus voces átonas,
su horrible realidad de estetas.
Histeria son, histeria
en avanzado estado de descomposición.

Si le ponen una presa a mi vida,
yo la desbordo, soy río
que nace en la fuente popular
y quiere desembocar en el gentío mar.
Porque de nada sirve mi carrera,
bachillerato, mili, desempleo,
en fin, un asco,
si no consigo ser un poco descarado
y protestar,
o trasmitir la mala uva al vino,
agriarlo,
beberlo,
hacerme responsable
de que al temor le pongan adjetivos:
Vietnam, etcétera, Santo Domingo.

No. Yo quiero poemas como tigres,
listados de dolor pero sin frac,
que mis versos sean aunque humildes,
microorganismos de la libertad,
sinónimos de paz.

José Antonio Rey del Corral