jueves, diciembre 31, 2009

Año viejo

Me parece complejo y absolutamente descalcificante escribir en un blog como éste y al mismo tiempo escribir cuento y poesía, quiero decir que el trabajo lento, silencioso y subterráneo de una escritura es completamente distinto de la otra. Pero ya que estoy aquí, frente al teclado (tac-tic-tac, como un reloj que avanza en sentido contrario) y la fascinación de simplemente hacerlo me impulsa a escribir. Me gustaría hablar del año viejo que se va, deja sus ropas, guarda los calcetines y olvida el velo de sus costumbres; me gustaría hablar de la pasión y el sufrimiento de este año, de los sueños, las metas, los momentos kodak, exámenes, controles, amigos, carretes, divagaciones, música y ambiciones. A veces, mientras doy vueltas por la ciudad, comienzo a condensar imágenes y retórica, prosa-prosa-prosa y pienso en qué tipo de cosas me gustaría decir por acá y qué cosas no, pero deshago el tiempo sin hacerlo y prefiero dormir un rato, leer, ver películas, ver a la bella señorita del espejo inquebrantable, dar pasos de casualidad e invocar la provocación en los estudiantes del preu. El año viejo tiene (interrupción real: me llaman para una clase particular) muchas cosas interesantes pero puesto que voy saliendo a Valparaíso en unos momentos, me queda todo por decir. Intentaré reconstruir esto cuando vuelva, así que, por ahora, será un borrador (entre nosotros, claro).

sábado, diciembre 26, 2009

El otro desde mi lectura

No quisiera extenderme en el análisis de los fragmentos que a continuación presento, ellos son parte del libro El otro por sí mismo, de Jean Baudrillard y son, actualmente, un eje interesante de re-flexión, considerando cómo hacemos uso de la tecnología y nos involucramos en las redes sociales.

El cuerpo como escena, el paisaje como escena, el tiempo como escena desaparecen progresivamente. Lo mismo ocurre con el espacio público: el teatro de lo social, el teatro de lo político se reducen cada vez más a un gran cuerpo blando y a unas cabezas múltiples. La publicidad, en su nueva versión, ya no es el escenario barroco, utópico y extático de una visibilidad omnipresente de las empresas, las marcas, los interlocutores sociales, las virtudes sociales de la comunicación. La publicidad lo invade todo a medida que desaparece el espacio público (la calle, el monumento, el mercado, la escena, el lenguaje) (…) Esta es nuestra única arquitectura actual: grandes pantallas de donde se refractan los átomos, las partículas, las moléculas en movimiento. No es una escena pública, un espacio público, sino gigantescos espacios de circulación, de ventilación, de conexión efímera.


Ya no estamos en el drama de la alienación, sino en el éxtasis de la comunicación. Y este éxtasis sí es obsceno. Obsceno es lo que acaba con toda mirada, con toda imagen, con toda representación. No es sólo lo sexual lo que se vuelve obsceno: actualmente existe toda una pornografía de la información y la comunicación, una pornografía de los circuitos y las redes, de las funciones y los objetos en su legibilidad, fluidez, disponibilidad y regulación, en su significación forzada y en sus resultados, sus conexiones, su polivalencia, su expresión libre…

Ya no es la obscenidad de lo oculto, reprimido, oscuro, sino de lo visible, de lo demasiado visible, de lo más visible que lo visible, la odscenidad de lo que ya no tiene secreto, de lo que es enteramente soluble en la información y la comunicación.


sábado, diciembre 12, 2009

Temporis

Escribir desde la sombra, a orillas del tiempo fugitivo.

Sentados, en el banco de una plaza, te digo que así funciona esto, y nada más; conciencia Zen. Imagina que, de pronto, despiertas. Es decir que tienes la misma sensación que al despertar, pero justo antes de darte cuenta, un silencio corporal, pero no es un silencio, precisamente, y tampoco es sólo eso. Es el espacio de tiempo de una calma furiosa, de un temple enorme que se pasea por delante y que somos incapaces de asir; él, en cambio, nos atrapa, sin conciencia ni significado. Es una huella que identificamos con el sentido, es el mar cuando te paras sobre el extremo del muelle y cierras los ojos y el viento baila en tus entrañas, tus cabellos se mecen en armónica desfiguración.

Va y viene en una cadencia irresuelta. No hay, sino, una disolución, te digo, que nos desarma para oir desde nuestra fragmentación.

El gorjeo de las pequeñas aves nos trae, distrae y atrae hacia el despejado cielo azul. Al levantarnos me pregunto por los instantes infinitos de la escritura inscrita en nuestros cuerpos.

sábado, diciembre 05, 2009

Choose

Trainspotting. Me encanta esta película. La secuencia de inicio es una las más preciosas obras en las que la literatura y el séptimo arte entran en una mágica coordinación de los sentidos; es aquello a lo que cualquiera de nosotros aspiraría sentir frente a la pantalla-libro de nuestras propias ficciones.





Choose Life. Choose a job. Choose a career. Choose a family. Choose a fucking big television, choose washing machines, cars, compact disc players and electrical tin openers. Choose good health, low cholesterol, and dental insurance. Choose fixed interest mortgage repayments. Choose a starter home. Choose your friends. Choose leisurewear and matching luggage. Choose a three-piece suit on hire purchase in a range of fucking fabrics. Choose DIY and wondering who the fuck you are on Sunday morning. Choose sitting on that couch watching mind-numbing, spirit-crushing game shows, stuffing fucking junk food into your mouth. Choose rotting away at the end of it all, pissing your last in a miserable home, nothing more than an embarrassment to the selfish, fucked up brats you spawned to replace yourselves. Choose your future. Choose life… But why would I want to do a thing like that? I chose not to choose life. I chose somethin’ else. And the reasons? There are no reasons. Who needs reasons when you’ve got heroin?


martes, diciembre 01, 2009

La lujuria del rey


- Enroque - dijo, sin despegar la vista del tablero. Yo balanceaba el vaso de vodka, imaginando, o soñando quizás, las infinitas combinaciones posibles. La torre se irguió junto a su rey, el marfil de su silencio conjuró todo el espacio, sesenta y cuatro casillas en blanco y negro, el ying y el yang de un vértigo pretérito. Me acerqué sin estrategia, con la furia hipócrita de los soldados a caballo. El rey persistió en su nobleza junto a la torre, pero de noche ocultaba en ella sus secretos, la tierra que cubría su cuerpo junto a sus más tiernas devotas y peones de infantería.

- ¿Mueves? - me preguntó, de pronto.

Yo, en un trance absurdo, le dije: Do not go gentle into that good night / Rage, rage against the dying of the light.

(in memorian Dylan Thomas, gran maldito)


miércoles, noviembre 25, 2009

Velo

Dioscuros. Gemini. La moneda da vueltas en torno a su eje antes de caer. Silencio. El oro choca contra el suelo. El mago, sentado en posición de loto, deja caer un velo sobre el resultado.

Si sale cara: nos quedamos acá, entramos a un bar, pedimos un par de cervezas y reimos descreemos los límites lanzamos miradas furtivas a los demás ah, pero cómo no disfrutar esta canción. Si sale sello… bueno, si sale sello, dejemos que el primer perro que pase por aquí decida.

martes, noviembre 24, 2009


Amanecer.

Soñé toda la historia de nuevo, pero me es imposible la articulación semántica. Es siempre la mismo pero los colores cambian. Acá, en cambio, al despertar los colores son siempre los mismos y, sólo después de la obturación, recordamos que nada será igual.

Me gusta atravesar la ciudad desde los cristales, en el asiento trasero y, más tarde, sentado a la mesa, confiar en el café, las palabras brotando de tus labios y sí, sí, asentir, entornar los ojos en el último sorbo; me gusta como me miras interrogando el silencio. Me gusta dar vueltas por esta ciudad. "Desde que nacimos peatones regulares a la vía pública - escribió Lihn - nos concentramos en el Café y ahí nos descentramos del Ahumada que hierve de gente a mediodía", miro (y me reflejo en) la vitrina de la librería chilena, avanzo hasta la iglesia de San Francisco, cruzo hacia el norte de nuevo, hacia el Parque Forestal, donde la arboleda ocultará los signos de la memoria y la palabra y leeré ese otro Bonsai que somos, mínimos, terribles, despiertos.


lunes, noviembre 09, 2009

Novedades

Actualmente me encuentro experimentando con un nuevo sitio en TUMBLR:

AULALEX

En él pretendo dedicar el espacio sólo a la escritura, a la literatura, en un formato que me ha parecido atractivo e informal. A su vez, publicaré fragmentos de una historia que he elaborado a medias (más abajo también copypasteada), poemas, fotografías y citas interesantes.

El ojo de Asterión

(...)

Viajó durante sies días y seis noches. El séptimo día encontró la costilla del último hombre y desde ella hizo emerger la ciudad; brotaron del suelo los jardines y las aves migraron hasta sus puertos, se alzaron las banderas y se repletaron las bibliotecas subterráneas. Cuando esto hubo acabado, purificó su propio cuerpo y lo convirtió en palabra. A este lugar han venido a llegar los hombres que sueñan una extensa escalera de piedra que serpentea hasta la cima del monte custodiado por dos terribles colosos.

(...)


viernes, septiembre 18, 2009

sábado, septiembre 12, 2009

Cantos colectivos: José Antonio Rey del Corral

Esta vez, los invito a leer unos versos de José Antonio Rey del Corral, de su libro Cantos colectivos. Es un poema que me llamó profundamente la atención (y no hay más comentarios):


Poema 4

Hay poemas como una erosión,
te lisian con sus dulces engañosos ritmos,
tontos como terrones de azúcar
que poco a lentamente, te disuelven
la minivergüenza.
No quiero que mis versos sean
como las ostras de Arcachon
que casi nadie ha probado,
ni quiero una virtud con vestido pequeño:
virtuosismo.

Ah, esos poetas tristes inquilinos egoístas
de su paisaje terrateniente,
les pondría en las manos un puñado de tierra,
les daría a pronunciar en todo su sabor
la palabra misiera.
¿No les da risotada su aire
de estafador y payaso?
Oigan sus voces átonas,
su horrible realidad de estetas.
Histeria son, histeria
en avanzado estado de descomposición.

Si le ponen una presa a mi vida,
yo la desbordo, soy río
que nace en la fuente popular
y quiere desembocar en el gentío mar.
Porque de nada sirve mi carrera,
bachillerato, mili, desempleo,
en fin, un asco,
si no consigo ser un poco descarado
y protestar,
o trasmitir la mala uva al vino,
agriarlo,
beberlo,
hacerme responsable
de que al temor le pongan adjetivos:
Vietnam, etcétera, Santo Domingo.

No. Yo quiero poemas como tigres,
listados de dolor pero sin frac,
que mis versos sean aunque humildes,
microorganismos de la libertad,
sinónimos de paz.

José Antonio Rey del Corral


sábado, septiembre 05, 2009

Foro de educación


Quedan todos invitados al próximo foro de discusión "Educación de mercado: calidad, competencia y modelo" que se realizará el miércoles 9 de septiembre, a las 12 horas, en la facultad de ciencias físicas y matemáticas de la Universidad de Chile.

lunes, agosto 17, 2009

Mi (mala) educación


De vuelta al este blog (después de mucho tiempo), debo mencionar que existe un tema que no me deja avanzar tranquilamente por el terreno destas escrituras: se trata de la educación (amplia consideración, si tomamos en cuenta que está
bien de moda hablar de ella). Por ello no he podido escribir, por la infinidad de aristas y categorías que podría impulsar una reflexión que se preciara de sí. Así que intentaré hablar desde esta experiencia (mía), dejando de lado la autocensura.



Desde el 2007 hago clases de lenguaje en un preuniversitario social (José Carrasco Tapia); aquello, en general, le parece raro o, incluso, fuera de lugar (¿hay lugar? debería replicar yo), a quienes me conocen y me han preguntado alguna vez. Sí, hago clases de lenguaje, estudio ingeniería, gracias, me fue bien en dicha prueba y me creo bueno enseñando. Luego de aquel provecho intercambio me lamento terriblemente de nuestra (me incluyo) miopía académica, de creer en la absurda separación entre ciencias y humanidades de personas que poco saben de cualquiera de ellas. Contribuimos a generar la separación y a volvernos ignorantes, reproduciendo el utilitarismo en los colegios que educan a la sociedad. Hago clases y me parece sumamente entretenido, el espacio de un juego de rol cuyas reglas no acabo por descifrar, convertirme en un payaso, un mago o un severo verdugo no son tarea sencilla, y detrás está la convicción de aplicar el amor, de buscar motivos más grandes que el aumento en 50 puntos, de generar expectativas (una mirada más amplia y diferenciada). Muchas veces me canso, a veces me río, nunca dejo de pensar en el proceso de su (y mi) aprendizaje; es complejo intentar mirar dentro de sus preocupaciones, las aprehensiones que el sistema les facilita, y al mismo tiempo darle coherencia a un proyecto que puede soportarse en la teoría, pero que en la práctica tiene otro aspecto; es complejo, y a la vez fascinante, porque te pone frente al sentido y te hace dudar como nunca. Dejo más de 5 horas semanales a un trabajo voluntario que no busca satisfacciones personales ni construye techos para Chile. Comparto más de 3 horas semanales con personas que están en búsqueda de posibilidades (no son niños, aunque toda nuestra sociedad padezca de una profunda infantilización), de emancipación, de sentido, de trabajo, de estatus, ymilcosasmás.

Hacer clases particulares es otro cuento. Generar ingresos y disfrutar de un aprendizaje significativo (para ambos) es valioso y de una categoría tan distinta a la anterior que las dudas toman un cuerpo más visible.

Me queda por mencionar - para una proxima entrega - el trabajo teórico con las políticas educativas y como, al entrar en contacto con la realidad, mi visión se ha ido conformando orgánicamente durante el último tiempo.


PS: I like Invader Zim

miércoles, junio 03, 2009

La riqueza de las naciones y la pobreza del hombre

El título de esta entrada es más pomposo de lo que en realidad quisiera, pero ya está. A continuación presento un extracto de la popular obra de Adam Smith conocida como "La riqueza de las naciones", se trata del capítulo V: Del precio real y nominal de las mercancías, o de su precio en trabajo y de su precio en moneda. Mi intención es hacer una posterior reflexión, pero ojalá hicieran su tanto antes de leer la mía.

Todo hombre es rico o pobre según el grado en que pueda gozar de las cosas necesarias, convenientes y gratas de la vida. Pero una vez establecida la división del trabajo, es sólo una parte muy pequeña de las mismas la que se puede procurar con el esfuerzo personal. La mayor parte de ellas se conseguirán mediante el trabajo de otras personas, y será rico o pobre, de acuerdo con la cantidad de trabajo ajeno de que pueda disponer o se halle en condiciones de adquirir. En consecuencia, el valor de cualquier bien, para la persona que lo posee y que no piense usarlo o consumirlo, sino cambiarlo por otros, es igual a la cantidad de trabajo que pueda adquirir o de que pueda dispo­ner por mediación suya. El trabajo, por consiguiente, es la medida real del valor en cambio de toda clase de bienes.

El precio real de cualquier cosa, lo que realmente le cuesta al hombre que quiere adquirirla, son las penas y fatigas que su adquisición supone. Lo que realmente vale para el que ya la ha adquirido y desea disponer de ella, o cambiarla por otros bienes, son las penas y fatigas de que lo libraran, y que podrá imponer a otros individuos.



Ahora bien, Adam Smith afirma, en este capítulo, que establecida la división del trabajo, sólo una pequeña parte de la riqueza puede obtenerse con el trabajo personal y que la mayor parte habrá de conseguirse con el de otros. Es decir, en el valor de cambio de un bien, se encuentra contenido – en forma sintética – el trabajo (propio o ajeno) de uno o varios hombres. El trabajo, entonces, como medida del valor de cambio, representa un esfuerzo por adquirir un determinado bien (“las penas y fatigas que su adquisición supone”) que algunos realizarán y del que otros se librarán en las transacciones del mercado.

Esto quiere decir, interpretando el orden divino de la distribución en Smith, que existe una disposición natural a la apropiación del trabajo de otros, que se legitima en la sociedad organizada. Pero en las actuales sociedades se trata, más bien, de legi-timar(1) y hacer del engaño una regla, cuya persistencia en nuestra sociedad ha dado nuevos nombres a la esclavitud (subcontratación, oportunidad de empleo, competencia), transformándose en un saqueo sistemático del trabajo del hombre, que con razón debiera pertenecerle íntegramente a sí mismo, en su individualidad. Nuestra primera responsabilidad como seres humanos es reconocer la violencia solapada que padecen (y padecemos) millones de personas en todo el mundo al ver su (nuestro) trabajo en manos de una sustantiva minoría, diluyéndose así uno de los más grandes dispensadores de sentido de la existencia humana en aquellos que el mercado proconfigura para todos nosotros.


(1) Timar.
1. tr. Quitar o hurtar con engaño.
2. tr. Engañar a alguien con promesas o esperanzas.
(Diccionario de la RAE)

martes, abril 28, 2009

La profunda humanidad de Gandhi


Ya lo dijo Gandhi:

"Creo que la constitución económica de la India y, en verdad, de todo el mundo, debería ser tal que nadie sufriera por falta de alimentos y ropa. En otras palabras, todos deben estar en condiciones de conseguir el trabajo suficiente para cubrir sus necesidades. Y este ideal sólo se puede materializar en escala universal si los medios de producción de los artículos de primera necesidad permanecen bajo el control de las masas. Estos artículos deberían hallarse al alcance gratuito de todos, tal como se hallan o deben hallarse el aire y el agua de Dios, y no se deben convertir en objetos de tráfico para la explotación de terceros. Es injusto que estén monopolizados por cualquier país, nación o grupo de personas. El olvido de este sencillo principio constituye la causa de la miseria que presenciamos actualmente, no sólo en este infortunado país sino también en otras regiones del globo."


Citado por Nirmal Kumar Bose, en el texto "Gandhi: humanista y socialista"


Gandhi

viernes, abril 10, 2009

Economía de la felicidad

La pasión que tengo por la economía y el análisis de las estructuras sociales siempre se ha visto influenciada por mi subjetiva percepción de la felicidad (individual y social) y mi profunda convicción de que somos responsables de ella. Creo que la felicidad se funda en el amor a uno mismo y a los demás, y que las sociedades deben amarse para alcanzarla.

Se dice que la economía estudia la mejor forma de usar los recursos escasos, y los gobiernos, en tanto, se preocupan (o al menos eso dicen) del bienestar de sus pueblos. Luego, al hablar de bienestar en economía política, hablamos de la felicidad de las personas de una nación y, por lo tanto, de un trabajo de servicio y amor a la sociedad. Visto así, el móvil de las políticas no debería alejarse mucho de esta síntesis básica. ¿Por qué se aleja, entonces? En cierta ocasión, tuve la oportunidad de hacer llegar una pregunta al ministro de hacienda Andrés Velasco: ¿De qué manera la expansión económica del país está contribuyendo a la felicidad de los ciudadanos? Su respuesta fue la siguiente:


Las mejores condiciones de vida contribuyen al bienestar. Si tenemos más recursos podemos asegurar a todos lo básico: alimentos, un lugar digno donde vivir, educación, participación en la sociedad. Pero creo que la felicidad es de otro orden y se cultiva independientemente de la situación económica, porque se relaciona mucho más con lo que vinimos a hacer y hacia dónde dirigimos nuestra vida. En lo personal, creo que felicidad tiene que ver con hacer algo por otros y, entre otras razones, por eso es que estoy en el servicio público (1)



Es posible que la respuesta que me otorgue una gran satisfacción personal con relación a mis expectativas, pero no resuelve del todo mi inquietud, o no al menos en los términos que expongo. Me gustaría hacer ver cómo es que, efectivamente, los gobiernos deben hacerse responsables de nuestra felicidad y que ella no depende sólo de un crecimiento sostenido de la economía, depende de un proyecto social comprometido.


(1) (Fuente: Atinachile.cl, http://www.atinachile.cl/node/14864)

(FELICIDAD)

miércoles, abril 08, 2009

Aprender

En concreto quisiera comentar que, aunque a más de alguno parezca de perogrullo, estudiar no es lo mismo que aprender. No es lo mismo dedicar parte del escaso tiempo semanal, mensual, estacional, anual, a estudiar, que dedicarlo a aprender.

Aprender

martes, marzo 24, 2009

martes, febrero 17, 2009

SQP

LEX

Sálvese quien pueda de la persistencia ideológica implícita en los medios de comunicación masiva. La absoluta falta de contenido del programa aludido no me incomoda tanto más que lo dicho sin decir que le corresponda, y es que en él abundan largas sentencias carentes de coherencia, la mayor de la veces, y aún de significado. El peligro está en lo que no se dice, pero que se muestra sin escrúpulos: la ventilación constante de las vísceras del otro, como una perversidad (porque no podemos llamarla de otro modo) aceptable (de a poco nos introducen en una moral del consumo: si se vende es bueno, moralmente hablando). Peligro, porque sin contenido queda expuesta la superficie, y en esta inversión del cuerpo reside la perversión que entiende y da crédito al éxito de la imagen, pasando por encima del prestigio o vida privada de unos y sobrestimando a otros por situaciones intrascendentes. Peligro, porque también nosotros damos crédito a su relato; aunque reaccionemos a este tipo de televisión con la indiferencia de cambiar de canal, no somos ajenos al exitismo generalizado de nuestro país, que se aferra a los ideales de la imagen, de la apariencia (aparentar trabajar al "sacar la vuelta", aparentar un estatus social, aparentar equis condición), que nos invita, cotidianamente a hacer menos, pero mostrar más. Y de la mano con esto, experimentamos, a nivel de jerarquía social, el intenso quehacer de la "filosofía del liderazgo" propuesta como una ideología del éxito, abudante en estos días. Desde aquí (d)enuncio: si así son las cosas, prefiero ser un hombre del montón original, que un líder del éxito.

LEX

jueves, febrero 05, 2009

Grabación número 23

Me lleva del paso inspirador, como diría Estaban. Stephan y Stephen no son más que otras máscaras, personas que, en definitiva, atribuyen el ser de sí mismos a otros ismos, quizá imaginarios, como las relaciones con sus reales condiciones de existencia, ideologías (Althusser). Hablo de ideologías literarias, por supuesto, no podría ser de otra forma. Máscaras que nunca podrían participar de la Idea de Esteban, ni de su decir, ni de lo que pretendería decir si llegase a decirlo.

Todo esto lo digo con una rara convicción de querer colocar personajes en el lugar y momento adecuados para acometer las acciones más ridículas y menos decorosas que... en fin, casi no tiene sentido mencionar esto sin antes comentar que grabo mis voces como si fueran otras voces y pretendo oirlas como si no las oyera, las grabo una y otra vez hasta que reconozco en ellas la continuidad, quizá pretendida de antemano, de una historia y unos personajes que poco a poco van armando su propio mundo, muy parecido al mío, tengo entendido. (Risas). La ficción no surge sino de una fricción, o para decirlo con Vargas Llosa, la ficción de la novela surge de "fricciones y desencuentros entre la historia singular de un individuo y la historia del mundo en que vive". Entonces, me repito el nombre de un personaje, digamos Beatriz, y se convierte para siempre en Beatriz, y no digamos nada de Dante porque es un poco pomposo tratar de querer asir de modo tan inapropiado el imaginario de otro con el mío, es decir, con mi ideología literaria. Beatriz, decíamos, vive atrapada - y supongo que no tengo otra forma para describirlo - entre dos mundos, ambos planos ficcionales: la infancia y la adultez; y un día decide irse lejos, y es importante que lo decida porque sin decisiones no habría historia; usted dirá que sí, que es lógico, si el escritor así lo decide, no puede darse una situación diferente, pero olvida algo de vital importancia: Beatriz aún no se escribe, o para ser más precisos, su historia aún no se escribe, y no existen una independiente de la otra.

Quisiera decir también, y vaya que lo hago, que no reclamo autoridad sobre el texto, ni sobre mi voz particular, haciendo eco de otros nombres que trazan su andar fanstasmagórico en la memoria de los árboles.

miércoles, enero 28, 2009

El Norte

Esta vez, a pesar de la poca o nula lectura que espero de este sitio, publico algo más personal, no porque se trate precisamente de una situación real (aunque "nada más real que una palabra"), sino porque es el inicio de un poema largo incluído en una recopilación que espero ver algún día publicada; a ratos, su la lectura-lección (en el sentido de legibilidad) puede resultar una elección ponzoñosa y alberga, en parte, esa espectativa, pero también posee un significado rítmico en relación a la posibilidad de su lectura; una imagen tentadora es la de un lector leyendo a ciegas, o casi a ciegas porque un diminuto rayo de luz traspasa su estancia. Quizás digo esto para aburrir menos.



El norte

oye y huye del logos
hacia el es-pasmo,
glorea el dintel nocturno
de la puta
purificación fantasma.
No existe un otro
- umbral -
de pertenencia
a la sustancia,
...de persistencia....

Ruido de tambores
al horizonte del tiempo,
elude la cortina métrica
que avanza de mi-tu lengua,
, (r)emite la contemplación,,
rasga el silencio
al calor de tu sexo
y (r)enuncia la máscara
primigenia.

ius:
pretender elección
codex:
enumerar

La salvedad de la sombra
a la puerta
de nuestras-todas-las posibilidades

viernes, enero 23, 2009

De(s)velar

- Piénsalo, es imposible publicar de una misma persona tal volumen de información, que sea, a su vez, totalmente coherente (en términos de lo anterior), y goce de buena recepción. Como dijiste antes, escribir es un oficio lento, subterráneo y silencioso.

- Pero con la crítica debe ocurrir algo, no puede detenerse en el crepúsculo de las consecuencias.

- ¿Qué quieres decir?

- El análisis crítico tiene por finalidad evidenciar la crisis, aislar la sustancia medular que la conforma y operar desde la problematización asociada.

- A veces siento que no dices nada y que recojes con seda palabras caídas a tierra, sin embargo, entiendo y te encuentro la razón.

- ¿Gracias?

- Nada que agradecer.

- Quizás tienes razón con eso de la tierra, somos materia, después de todo.

- Pensé que eras idealista.

- No, soy emergentista.

- Mejor volvamos al comienzo. No publicas porque prefieres dedicar tiempo a revisar una y otra vez, a refinar el análisis.

- No sólo lo prefiero, me gusta así.

- Bien, entonces, ya que te gusta así, las ideas se estrechan en complejidades cada vez mayores, éstas requieren nuevos y mejores conceptos y, finalmente, adquieres una articulación que te parece medianamente satisfactoria, atractiva, ¿no es así?

- Exactamente.

- Y ese es problema: consigues una estética, pero de paso, también, ¡una estática!



Escrito en la hora nocturna del revelar ajeno, que me en-frenta desde la ventana del logos

viernes, enero 16, 2009

Pequeña; nocturna

A la sombra de la escritura fantástica: acceso al imaginario de las bestias del interrogante


Sí, léeme, como si de mi boca las palabras


Anoche oscureció todo el silencio
toda la noche encendió su pérfida sonrisa.
Conté los pasos de tu caminar sobre la hierba;
el sueño deslizó el filo sobre la almohada.