jueves, marzo 17, 2011

Temblor en la punta de la lengua

Enojémonos un poquito más

Demando a los medios de comunicación, sobre todo a la televisión y sus programas matinales, a los comentaristas que, solazándose en la desgracia ajena, son incapaces de empatía alguna, porque su fibra espectacular ya no se conmueve, a los numerólogos y adivinos, a la producción de canal por sus mórbidas narraciones terroristas. Demando, o al menos pretendo enojarme, porque tienen el descaro de decir: la gente está ansiosa y nuestra misión es informar y al otro lado, en el reflejo del televisor, una señora de sonrisa nerviosa dice que estamos al final de los tiempos.

Tiembla el lenguaje al borde de la ira que debe despertar un poco más en nosotros.


domingo, marzo 13, 2011

Volver a clases

Al menos ya no me quejo porque tengo diario de anotaciones. Es más privado, misceláneo y personal, incluye un ordenamiento cronológico y listas que facilitan el acceso a la información desperdigada por el tiempo y la actividad cotidiana.

Ya casi estoy terminando la práctica (la tercera y última de la carrera). Por un rato, me aburriré de decir que República 580 tiene algo de Beauchef 850. Me aburriré un poco de la Universidad y el ciclo encanto-desencanto tendrá su lugar como siempre. Volveré a estudiar largas horas, a levantarme temprano para correr (al menos 20 minutos), a escribir lo que se va quedando de las reflexiones menores, a definir campos de estudio intrascendentes, a imaginar ciudades imposibles.

Creo que todas las lecturas me llevan a la ciudad sumergida de los sueños en la que se purgan las culpas infantiles de nuestra humanidad. Sin soberanías de ningún tipo, nos hacemos caballeros de una orden imbatible, luchando contra el enemigo sin forma, allá en la oscuridad.

y también queda Nuestra oscuridad.