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domingo, septiembre 11, 2011

Hegemonía cultural

“En un mundo regido por la ley del más fuerte, como es el mundo en el que el capitalismo nos obliga a vivir hasta ahora, es previsible que aquello que circula con carácter de universalidad no sea una distinción acordada sino la expresión de una particularidad. El actual proceso de globalización, sin ir más lejos, no es un proceso de universalización, como a menudo se nos quiere hacer creer, sino que es el proceso de la extensión por la fuerza (la del dinero o de las armas, lo mismo da) de una particularidad, la del capitalismo internacional, y del tipo de sociedad y del tipo de política y del tipo de cultura que con él se asocian.”

Postcolonialidad y nación (fragmento), G. Rojo, A. Salomone, C. Zapata


Manifestarse contra aquella hegemonía debe ser un imperativo moral en la construcción de una sociedad humana más justa.


domingo, junio 26, 2011

Imperialismo

Encima de monturas de catástrofes, cabalgan las bombas ladrando el asesinato de la Humanidad.

Huyen las gentes a las alcantarillas de acero de la imaginación, en donde el hombre deforme con cerebro de furor infantil se esconde después de haber soltado los perros del infierno a las ciudades y los trigales del universo, y los niños chiquitos se agarran a los pechos viciados o acuchillados de las grandes y épicas madres.

Asoma la cara oblicua de terror su faz roñosa y las máscaras del ser aúllan en la soledad de los siglos a la carroña del Estado burgués.

Los hocicos ensangrentados del gran capital imperialista lamen la pata de la guerra; los envenenadores públicos de la bomba-atómica infestan la tierra y los océanos, hacen el aire irrespirable, ensucian las aguas asesinando la fauna marina, acorralada contra la materia letal y las antes ilustres aves de “Dios” se caen de cabeza al infinito terriblemente amarillo; un tremendo cáncer nos azota como el huracán de los últimos días del hombre; Caín empuña la quijada el asno colosal y aterra las criaturas intimidadas por un Marte borracho y ensangrentado que come dólares y almas; el hocico de los cañones va a vomitar muerte y lágrimas grandes.

Los prólogos premonitorios a la caída del imperialismo (fragmento) - Pablo de Rokha



miércoles, mayo 18, 2011

Herejía

Hay que ser un hereje

Dos citas:

"El capitalismo es una religión del día a día que se fundamenta en la confianza de que el sistema funciona" Slavoj Žižek


"El neoliberalismo logra conquistar el mundo entero porque tiene un lenguaje pseudo-religioso y ofrece el paraíso. La razón de su éxito se debe a que es simplista y dogmático y a la vez utiliza un lenguaje atemorizador. Es así que se proclama como verdad universal que no reconoce alternativas: quienes no aceptan la revelación están condenados. Tiene sus templos en las universidades donde la única economía que se enseña es la neoclásica. Y tiene su propia santísima trinidad: crecimiento económico, libre comercio y globalización. Además obedece al Vaticano: el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio. Yo creo que en estos nuevos tiempos religiosos, hay que volver a ser un hereje." Manfred Max-Neef


lunes, diciembre 20, 2010

Metáfora

La mayoría de las veces dejo mis reflexiones en la intimidad de mi escritura privada, el diario de vida que no consigue escribirse a diario, que prescinde del lápiz y el papel, trasladándose espacialmente hacia las regiones del movimiento. Ciertamente, la animación de la palabra pensada adquiere cualidades experenciales para el otro, es decir para tí, lector. Con mayor o menor atención, emerge la comunicación y una estructura distinta, siempre metafórica.

Considerando nuestro natural pensar metafórico, se debe advertir el peligro de reemplazar lo conocido por lo desconocido en la apuesta por creer que se conoce lo que tiene límites , más bien, ambiguos. Por ejemplo, al utilizar la metáfora del árbol de las ciencias, pierdo de vista la posibilidad de que éstas existan con independencia. Evidentemente, ha simplificado el pensamiento y la manera de hacer las cosas, convirtiendo lo abstracto en una cosa concreta; semejante transformación, desde el punto de vista macro, es la ideología. La Verdad (y no las verdades menores construidas artificialmente (la matemática, el derecho, la RAE)), siempre inaccesible, puede ser ignorada. Pero el mundo, con sus metáforas coyunturales, tiene una dinámica observable absolutamente, que se hace carne y se convierte en políticas oficiales, producción cultural, mercado.

Cada vía metafórica guarda en su seno una posibilidad de mundo. Y cada vía es, a la vez, todas las vías concretas para llegar a ella.

domingo, abril 18, 2010

Vocación

Ten a Ítaca fija ante la mente.

Llegar allí es tu Vocación. No debes,

sin embargo, forzar la travesía.


- K. Kavafis

sábado, marzo 13, 2010

Credo político

Durante el último tiempo, aquella parte de la izquierda de la clase dominante, organizada en la concertación y toda su periferia política, se fue desmembrando y perdiendo el vigor que alguna vez la caracterizó, se anquilosó el discurso y las prácticas se vieron mermadas, en ocasiones, por la ineficiencia, la falta de integración ciudadana en la construcción política y el vértigo de las tendencias económicas. Sin las fuerzas suficientes, perdió el poder y el pueblo democrático volvió a elegir; Chile (con sus divisiones históricas, valóricas, sociales y culturales) eligió a un presidente de derecha, y con ello también eligió una participación ideológica diferente. Es cierto, el aparato estatal permanecerá, y ahora bajo nuevas formas de control. El ejercicio gubernamental tendrá un cariz gerencial y una eficiencia y ánimos no vistos en años. Pese a esto, los valores que representa este nuevo gobierno difieren de los míos; tampoco coinciden con los promovidos por la concertación, pero éstos, al menos, se acercan a una comprensión más humana de la sociedad: solidaria, inclusiva. Creo en el amor, creo en el ser humano y su capacidad para vivir en paz, de manera sustentable y fraternal.

Creo en la unidad / pero no aquella que se intenta imponer desde la hegemonía cultural

Creo en Chile y en el pueblo / pero también creo en un mundo que no esté dividido por las fronteras

Creo en la pacificación universal / y en la humildad del hombre

Creo en las personas / solidarias con el próximo

Creo en la poética de la política / y los poetas hablarán por los mudos

Creo en la familia / porque mientras exista, entendida como un espacio de amor y convivencia sin distinciones sexuales, raciales, ni de número ni calidad, existirá la colectividad y el esfuerzo común

Creo en el liderazgo / cuando sirve al propósito de hacer de éste un mundo mejor y no al afán personal o meramente directivo-empresarial

Creo en la eficiencia / cuando no se busca maximizar la utilidad sino permitir las mejores condiciones para la existencia digna y humana

Creo en el crecimiento económico y en el desarrollo / sustentable e integrado

Creo en la oposición y la dialéctica / constructiva

Creo en una cultura crítica / y propositiva / teórica y pragmática

Creo en la polifonía cultural, el color, en la tierra que remece el corpus de nuestra identidad. Creo en la autorganización y el desprendimiento del poder, creo en la representación de las mayorías, quienes que buscamos la felicidad y el amor en los otros. Creo en el desarme total y poético de toda forma de violencia contra el ser humano. Creo en el amor, ante todo.

sábado, septiembre 05, 2009

Foro de educación


Quedan todos invitados al próximo foro de discusión "Educación de mercado: calidad, competencia y modelo" que se realizará el miércoles 9 de septiembre, a las 12 horas, en la facultad de ciencias físicas y matemáticas de la Universidad de Chile.

miércoles, junio 03, 2009

La riqueza de las naciones y la pobreza del hombre

El título de esta entrada es más pomposo de lo que en realidad quisiera, pero ya está. A continuación presento un extracto de la popular obra de Adam Smith conocida como "La riqueza de las naciones", se trata del capítulo V: Del precio real y nominal de las mercancías, o de su precio en trabajo y de su precio en moneda. Mi intención es hacer una posterior reflexión, pero ojalá hicieran su tanto antes de leer la mía.

Todo hombre es rico o pobre según el grado en que pueda gozar de las cosas necesarias, convenientes y gratas de la vida. Pero una vez establecida la división del trabajo, es sólo una parte muy pequeña de las mismas la que se puede procurar con el esfuerzo personal. La mayor parte de ellas se conseguirán mediante el trabajo de otras personas, y será rico o pobre, de acuerdo con la cantidad de trabajo ajeno de que pueda disponer o se halle en condiciones de adquirir. En consecuencia, el valor de cualquier bien, para la persona que lo posee y que no piense usarlo o consumirlo, sino cambiarlo por otros, es igual a la cantidad de trabajo que pueda adquirir o de que pueda dispo­ner por mediación suya. El trabajo, por consiguiente, es la medida real del valor en cambio de toda clase de bienes.

El precio real de cualquier cosa, lo que realmente le cuesta al hombre que quiere adquirirla, son las penas y fatigas que su adquisición supone. Lo que realmente vale para el que ya la ha adquirido y desea disponer de ella, o cambiarla por otros bienes, son las penas y fatigas de que lo libraran, y que podrá imponer a otros individuos.



Ahora bien, Adam Smith afirma, en este capítulo, que establecida la división del trabajo, sólo una pequeña parte de la riqueza puede obtenerse con el trabajo personal y que la mayor parte habrá de conseguirse con el de otros. Es decir, en el valor de cambio de un bien, se encuentra contenido – en forma sintética – el trabajo (propio o ajeno) de uno o varios hombres. El trabajo, entonces, como medida del valor de cambio, representa un esfuerzo por adquirir un determinado bien (“las penas y fatigas que su adquisición supone”) que algunos realizarán y del que otros se librarán en las transacciones del mercado.

Esto quiere decir, interpretando el orden divino de la distribución en Smith, que existe una disposición natural a la apropiación del trabajo de otros, que se legitima en la sociedad organizada. Pero en las actuales sociedades se trata, más bien, de legi-timar(1) y hacer del engaño una regla, cuya persistencia en nuestra sociedad ha dado nuevos nombres a la esclavitud (subcontratación, oportunidad de empleo, competencia), transformándose en un saqueo sistemático del trabajo del hombre, que con razón debiera pertenecerle íntegramente a sí mismo, en su individualidad. Nuestra primera responsabilidad como seres humanos es reconocer la violencia solapada que padecen (y padecemos) millones de personas en todo el mundo al ver su (nuestro) trabajo en manos de una sustantiva minoría, diluyéndose así uno de los más grandes dispensadores de sentido de la existencia humana en aquellos que el mercado proconfigura para todos nosotros.


(1) Timar.
1. tr. Quitar o hurtar con engaño.
2. tr. Engañar a alguien con promesas o esperanzas.
(Diccionario de la RAE)

martes, abril 28, 2009

La profunda humanidad de Gandhi


Ya lo dijo Gandhi:

"Creo que la constitución económica de la India y, en verdad, de todo el mundo, debería ser tal que nadie sufriera por falta de alimentos y ropa. En otras palabras, todos deben estar en condiciones de conseguir el trabajo suficiente para cubrir sus necesidades. Y este ideal sólo se puede materializar en escala universal si los medios de producción de los artículos de primera necesidad permanecen bajo el control de las masas. Estos artículos deberían hallarse al alcance gratuito de todos, tal como se hallan o deben hallarse el aire y el agua de Dios, y no se deben convertir en objetos de tráfico para la explotación de terceros. Es injusto que estén monopolizados por cualquier país, nación o grupo de personas. El olvido de este sencillo principio constituye la causa de la miseria que presenciamos actualmente, no sólo en este infortunado país sino también en otras regiones del globo."


Citado por Nirmal Kumar Bose, en el texto "Gandhi: humanista y socialista"


Gandhi

viernes, abril 10, 2009

Economía de la felicidad

La pasión que tengo por la economía y el análisis de las estructuras sociales siempre se ha visto influenciada por mi subjetiva percepción de la felicidad (individual y social) y mi profunda convicción de que somos responsables de ella. Creo que la felicidad se funda en el amor a uno mismo y a los demás, y que las sociedades deben amarse para alcanzarla.

Se dice que la economía estudia la mejor forma de usar los recursos escasos, y los gobiernos, en tanto, se preocupan (o al menos eso dicen) del bienestar de sus pueblos. Luego, al hablar de bienestar en economía política, hablamos de la felicidad de las personas de una nación y, por lo tanto, de un trabajo de servicio y amor a la sociedad. Visto así, el móvil de las políticas no debería alejarse mucho de esta síntesis básica. ¿Por qué se aleja, entonces? En cierta ocasión, tuve la oportunidad de hacer llegar una pregunta al ministro de hacienda Andrés Velasco: ¿De qué manera la expansión económica del país está contribuyendo a la felicidad de los ciudadanos? Su respuesta fue la siguiente:


Las mejores condiciones de vida contribuyen al bienestar. Si tenemos más recursos podemos asegurar a todos lo básico: alimentos, un lugar digno donde vivir, educación, participación en la sociedad. Pero creo que la felicidad es de otro orden y se cultiva independientemente de la situación económica, porque se relaciona mucho más con lo que vinimos a hacer y hacia dónde dirigimos nuestra vida. En lo personal, creo que felicidad tiene que ver con hacer algo por otros y, entre otras razones, por eso es que estoy en el servicio público (1)



Es posible que la respuesta que me otorgue una gran satisfacción personal con relación a mis expectativas, pero no resuelve del todo mi inquietud, o no al menos en los términos que expongo. Me gustaría hacer ver cómo es que, efectivamente, los gobiernos deben hacerse responsables de nuestra felicidad y que ella no depende sólo de un crecimiento sostenido de la economía, depende de un proyecto social comprometido.


(1) (Fuente: Atinachile.cl, http://www.atinachile.cl/node/14864)

(FELICIDAD)