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lunes, mayo 03, 2010

Memoria extendida

Comencé a leer “Supersizing the mind” (Andy Clark) y nunca había cobrado tanto sentido esta reflexión inicial:

Consider this famous exchange between the Nobel Prize–winning physicist Richard Feynman and the historian Charles Weiner. Weiner, encountering with a historian’s glee a batch of Feynman’s original notes and sketches, remarked that the materials represented “a record of [Feynman’s] day-to-day work.” But instead of simply acknowledging this historic value, Feynman reacted with unexpected sharpness:

“I actually did the work on the paper,” he said.

“Well,” Weiner said, “the work was done in your head, but the record of it is still here.”

“No, it’s not a record, not really. It’s working. You have to work on paper and this is the paper. Okay?” (from Gleick 1993, 409)


domingo, abril 18, 2010

Vocación

Ten a Ítaca fija ante la mente.

Llegar allí es tu Vocación. No debes,

sin embargo, forzar la travesía.


- K. Kavafis

viernes, enero 01, 2010

Año nuevo

Tengo la impresión de que mi escritura a des-tiempo quedó profundamente marcada por el jazz. Escucho jazz desde que descubrí el movimiento, por decirlo de algún modo. O desde otro punto de vista: percibo la música en forma tridimensional, como figuras que me andan por el cuerpo (o fuera de él, proyectándose en el universo). ¿Y qué tiene esto que ver con el año viejo y el año nuevo? Pues que hace unos días viajaba en bus de vuelta a Santiago desde Valparaíso, pensaba en la memoria, los recuerdos, la capacidad de recordar y de pronto sentí como si estuviese en una fotografía estática que ha sido rescatada desde algún baúl del futuro, sensación abismante del tiempo. Coleccionamos memorias todo el tiempo, modificando su estructura por acomodación. El sentir del jazz me invita a imaginar la densidad del tiempo como un cuerpo que podemos atravesar líquidamente, que podemos dar un salto al escurrirnos entre los silencios (la materia oscura de nuestras vidas).

Quizás exagero o quizás es pura semántica y todo sentimos - sin palabras - lo mismo.

El recién pasado año 2009 conseguí sellar una broncínea promesa musical para comenzar a ejecutar y no sólo oir. Huir-oir del logos, he dicho antes, sin que se me entienda demasiado. Es decir que quisiera comenzar a producir (no en el sentido económico) y hacerme cuerpo de mi creación, para eso debo y he debido exponerme y aquí hay algo interesante, pues por años he intentado mantener un bajo perfil (a pesar de todo), pero aquí estoy de-scribiendo. Claro que sigo con la críptica y no podría ser de otro modo porque tu lectura (sí, la tuya) debe ser única y siempre directa al corazón de tus expectativas, quebrándolas, abordándolas, entumeciendo la piel. Me distraigo. Me expuse a la brevedad y transparencia de twitter, a ser leído en tumblr y a decir con más verdad en qué creo y por qué lo creo. Puse de mí al sinceramente con la gente que quiero, a no ser comprendido y a dejar que mis palabras se introduzcan hasta donde ustedes lo permitan.

El año viejo aprendí varias cosas. Algunas de ellas, debo decir, podrán parecer evidentes pero debo aclarar que el verdadero aprendizaje llega con la experiencia y sin ella uno puede decir mucho pero sentir muy poquito. Aprendí a escuchar más, yo escucho, es cierto, pero a veces no me detengo a darle voz a los mudos; descubrí que soy capaz de hacer muchas cosas y tener éxito en ellas, hacerlas bien y no rendirme, pero también aprendí la importancia de tomarse un descanso a veces y de no llevarse todo el peso de las circunstancias. Es cierto que siempre he sido un poco hiperkinético pero el año pasado, en particular, sentí en varias ocasiones que no me la podía, que me había cansado, dejé que me consumiera el compromiso y el hambre (de aprendizaje, actividades, herramientas) y no me permití espacios para la distensión; tarde entendí que debía cambiar algunas cosas, tarde porque mi cuerpo me lo reveló con más fuerza que mi conciencia, tarde porque dejé de comunicarme correctamente con el cuerpo, dejé de hacer ejercicio, dejé de moverme en la fluidez y las cosas se hicieron rígidas. Pero aprendí a controlar aquel hambre, que es ansiedad y prisa hasta el punto de la indiferencia, a partir de ahí comencé a moverme hacia el equilibrio. Aprendí a recordar el que soy (o el que creo que soy). Descubrí el terreno político inexplorado en mí, no me refiero a la política filosófica, sino a la praxis, a la actitud política y la importancia de esta fuerza o habilidad para llevar a cabo proyectos y mover ideas.

(Esto sigue borrador constante)

jueves, diciembre 31, 2009

Año viejo

Me parece complejo y absolutamente descalcificante escribir en un blog como éste y al mismo tiempo escribir cuento y poesía, quiero decir que el trabajo lento, silencioso y subterráneo de una escritura es completamente distinto de la otra. Pero ya que estoy aquí, frente al teclado (tac-tic-tac, como un reloj que avanza en sentido contrario) y la fascinación de simplemente hacerlo me impulsa a escribir. Me gustaría hablar del año viejo que se va, deja sus ropas, guarda los calcetines y olvida el velo de sus costumbres; me gustaría hablar de la pasión y el sufrimiento de este año, de los sueños, las metas, los momentos kodak, exámenes, controles, amigos, carretes, divagaciones, música y ambiciones. A veces, mientras doy vueltas por la ciudad, comienzo a condensar imágenes y retórica, prosa-prosa-prosa y pienso en qué tipo de cosas me gustaría decir por acá y qué cosas no, pero deshago el tiempo sin hacerlo y prefiero dormir un rato, leer, ver películas, ver a la bella señorita del espejo inquebrantable, dar pasos de casualidad e invocar la provocación en los estudiantes del preu. El año viejo tiene (interrupción real: me llaman para una clase particular) muchas cosas interesantes pero puesto que voy saliendo a Valparaíso en unos momentos, me queda todo por decir. Intentaré reconstruir esto cuando vuelva, así que, por ahora, será un borrador (entre nosotros, claro).

lunes, agosto 17, 2009

Mi (mala) educación


De vuelta al este blog (después de mucho tiempo), debo mencionar que existe un tema que no me deja avanzar tranquilamente por el terreno destas escrituras: se trata de la educación (amplia consideración, si tomamos en cuenta que está
bien de moda hablar de ella). Por ello no he podido escribir, por la infinidad de aristas y categorías que podría impulsar una reflexión que se preciara de sí. Así que intentaré hablar desde esta experiencia (mía), dejando de lado la autocensura.



Desde el 2007 hago clases de lenguaje en un preuniversitario social (José Carrasco Tapia); aquello, en general, le parece raro o, incluso, fuera de lugar (¿hay lugar? debería replicar yo), a quienes me conocen y me han preguntado alguna vez. Sí, hago clases de lenguaje, estudio ingeniería, gracias, me fue bien en dicha prueba y me creo bueno enseñando. Luego de aquel provecho intercambio me lamento terriblemente de nuestra (me incluyo) miopía académica, de creer en la absurda separación entre ciencias y humanidades de personas que poco saben de cualquiera de ellas. Contribuimos a generar la separación y a volvernos ignorantes, reproduciendo el utilitarismo en los colegios que educan a la sociedad. Hago clases y me parece sumamente entretenido, el espacio de un juego de rol cuyas reglas no acabo por descifrar, convertirme en un payaso, un mago o un severo verdugo no son tarea sencilla, y detrás está la convicción de aplicar el amor, de buscar motivos más grandes que el aumento en 50 puntos, de generar expectativas (una mirada más amplia y diferenciada). Muchas veces me canso, a veces me río, nunca dejo de pensar en el proceso de su (y mi) aprendizaje; es complejo intentar mirar dentro de sus preocupaciones, las aprehensiones que el sistema les facilita, y al mismo tiempo darle coherencia a un proyecto que puede soportarse en la teoría, pero que en la práctica tiene otro aspecto; es complejo, y a la vez fascinante, porque te pone frente al sentido y te hace dudar como nunca. Dejo más de 5 horas semanales a un trabajo voluntario que no busca satisfacciones personales ni construye techos para Chile. Comparto más de 3 horas semanales con personas que están en búsqueda de posibilidades (no son niños, aunque toda nuestra sociedad padezca de una profunda infantilización), de emancipación, de sentido, de trabajo, de estatus, ymilcosasmás.

Hacer clases particulares es otro cuento. Generar ingresos y disfrutar de un aprendizaje significativo (para ambos) es valioso y de una categoría tan distinta a la anterior que las dudas toman un cuerpo más visible.

Me queda por mencionar - para una proxima entrega - el trabajo teórico con las políticas educativas y como, al entrar en contacto con la realidad, mi visión se ha ido conformando orgánicamente durante el último tiempo.


PS: I like Invader Zim

miércoles, abril 08, 2009

Aprender

En concreto quisiera comentar que, aunque a más de alguno parezca de perogrullo, estudiar no es lo mismo que aprender. No es lo mismo dedicar parte del escaso tiempo semanal, mensual, estacional, anual, a estudiar, que dedicarlo a aprender.

Aprender

viernes, agosto 12, 2005

Tengo un blog.... y ¡¿ahora qué?!

La realidad del enumerado condicionado está restringido según el conjunto de normalizaciones que llevan consigo las elaboradas formulaciones que median entre aquellos que van de la mano y los que, simplemente, han bebido de las manos de otros. En un concepto nuevo, que hace referencia a la desestabilización de una singularidad compleja, cada día más.

Necesito un salvavidas, una reliquia de la monotonía, tal vez; una película, un reloj que mida el tiempo según la productividad, una careta que ostente picardía, un señuelo que aclame banderas.

Me siento cansado, pero tranquilo. Demasiado pasmado sobre mí mismo (si se me permite la expresión). Me sería muy fácil resumir lo que ha sido mi vida las últimas semanas en la U, estudiar y nada más; lo sería, pero estaría mintiendo en múltiples aspectos, también se me ocurrió la genial idea de hacerme un blog... Leí algunas revistas de impacto, retomé (nuevamente) mi norte, descubrí que siempre hay gente que está ahí para ayudarte, una larga lista de etcéteras; introspección: resolví algunos conflictos internos, encontré algunas soluciones.


[Nota: De niño quise escribir un diario, pero nunca me motivé lo suficiente para hacerlo; el saber que, al menos alguien, distinto de mí, lo leerá es suficiente motivación. Por otro lado, esa es la razón implícita de la existencia de cualquier bitácora, o diario, personal]