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sábado, septiembre 12, 2009

Cantos colectivos: José Antonio Rey del Corral

Esta vez, los invito a leer unos versos de José Antonio Rey del Corral, de su libro Cantos colectivos. Es un poema que me llamó profundamente la atención (y no hay más comentarios):


Poema 4

Hay poemas como una erosión,
te lisian con sus dulces engañosos ritmos,
tontos como terrones de azúcar
que poco a lentamente, te disuelven
la minivergüenza.
No quiero que mis versos sean
como las ostras de Arcachon
que casi nadie ha probado,
ni quiero una virtud con vestido pequeño:
virtuosismo.

Ah, esos poetas tristes inquilinos egoístas
de su paisaje terrateniente,
les pondría en las manos un puñado de tierra,
les daría a pronunciar en todo su sabor
la palabra misiera.
¿No les da risotada su aire
de estafador y payaso?
Oigan sus voces átonas,
su horrible realidad de estetas.
Histeria son, histeria
en avanzado estado de descomposición.

Si le ponen una presa a mi vida,
yo la desbordo, soy río
que nace en la fuente popular
y quiere desembocar en el gentío mar.
Porque de nada sirve mi carrera,
bachillerato, mili, desempleo,
en fin, un asco,
si no consigo ser un poco descarado
y protestar,
o trasmitir la mala uva al vino,
agriarlo,
beberlo,
hacerme responsable
de que al temor le pongan adjetivos:
Vietnam, etcétera, Santo Domingo.

No. Yo quiero poemas como tigres,
listados de dolor pero sin frac,
que mis versos sean aunque humildes,
microorganismos de la libertad,
sinónimos de paz.

José Antonio Rey del Corral


miércoles, junio 03, 2009

La riqueza de las naciones y la pobreza del hombre

El título de esta entrada es más pomposo de lo que en realidad quisiera, pero ya está. A continuación presento un extracto de la popular obra de Adam Smith conocida como "La riqueza de las naciones", se trata del capítulo V: Del precio real y nominal de las mercancías, o de su precio en trabajo y de su precio en moneda. Mi intención es hacer una posterior reflexión, pero ojalá hicieran su tanto antes de leer la mía.

Todo hombre es rico o pobre según el grado en que pueda gozar de las cosas necesarias, convenientes y gratas de la vida. Pero una vez establecida la división del trabajo, es sólo una parte muy pequeña de las mismas la que se puede procurar con el esfuerzo personal. La mayor parte de ellas se conseguirán mediante el trabajo de otras personas, y será rico o pobre, de acuerdo con la cantidad de trabajo ajeno de que pueda disponer o se halle en condiciones de adquirir. En consecuencia, el valor de cualquier bien, para la persona que lo posee y que no piense usarlo o consumirlo, sino cambiarlo por otros, es igual a la cantidad de trabajo que pueda adquirir o de que pueda dispo­ner por mediación suya. El trabajo, por consiguiente, es la medida real del valor en cambio de toda clase de bienes.

El precio real de cualquier cosa, lo que realmente le cuesta al hombre que quiere adquirirla, son las penas y fatigas que su adquisición supone. Lo que realmente vale para el que ya la ha adquirido y desea disponer de ella, o cambiarla por otros bienes, son las penas y fatigas de que lo libraran, y que podrá imponer a otros individuos.



Ahora bien, Adam Smith afirma, en este capítulo, que establecida la división del trabajo, sólo una pequeña parte de la riqueza puede obtenerse con el trabajo personal y que la mayor parte habrá de conseguirse con el de otros. Es decir, en el valor de cambio de un bien, se encuentra contenido – en forma sintética – el trabajo (propio o ajeno) de uno o varios hombres. El trabajo, entonces, como medida del valor de cambio, representa un esfuerzo por adquirir un determinado bien (“las penas y fatigas que su adquisición supone”) que algunos realizarán y del que otros se librarán en las transacciones del mercado.

Esto quiere decir, interpretando el orden divino de la distribución en Smith, que existe una disposición natural a la apropiación del trabajo de otros, que se legitima en la sociedad organizada. Pero en las actuales sociedades se trata, más bien, de legi-timar(1) y hacer del engaño una regla, cuya persistencia en nuestra sociedad ha dado nuevos nombres a la esclavitud (subcontratación, oportunidad de empleo, competencia), transformándose en un saqueo sistemático del trabajo del hombre, que con razón debiera pertenecerle íntegramente a sí mismo, en su individualidad. Nuestra primera responsabilidad como seres humanos es reconocer la violencia solapada que padecen (y padecemos) millones de personas en todo el mundo al ver su (nuestro) trabajo en manos de una sustantiva minoría, diluyéndose así uno de los más grandes dispensadores de sentido de la existencia humana en aquellos que el mercado proconfigura para todos nosotros.


(1) Timar.
1. tr. Quitar o hurtar con engaño.
2. tr. Engañar a alguien con promesas o esperanzas.
(Diccionario de la RAE)

martes, abril 28, 2009

La profunda humanidad de Gandhi


Ya lo dijo Gandhi:

"Creo que la constitución económica de la India y, en verdad, de todo el mundo, debería ser tal que nadie sufriera por falta de alimentos y ropa. En otras palabras, todos deben estar en condiciones de conseguir el trabajo suficiente para cubrir sus necesidades. Y este ideal sólo se puede materializar en escala universal si los medios de producción de los artículos de primera necesidad permanecen bajo el control de las masas. Estos artículos deberían hallarse al alcance gratuito de todos, tal como se hallan o deben hallarse el aire y el agua de Dios, y no se deben convertir en objetos de tráfico para la explotación de terceros. Es injusto que estén monopolizados por cualquier país, nación o grupo de personas. El olvido de este sencillo principio constituye la causa de la miseria que presenciamos actualmente, no sólo en este infortunado país sino también en otras regiones del globo."


Citado por Nirmal Kumar Bose, en el texto "Gandhi: humanista y socialista"


Gandhi

jueves, marzo 20, 2008

NUESTRA CIENCIA PARADIGMÁTICA ES LA FÍSICA CONTEMPORÁNEA
(Adán Méndez)

Luego de varios años de ignorancia cosmológica
no muchos
pero se hicieron largos
hoy día estamos más o menos como al principio
el universo es un huevo
hay principio y hay fin
todo va a desaparecer
(peor que antes, como detallaremos más abajo
porque no hay ni un miserable par de tortugas que sostenga el huevo)

el meollo del asunto es la partícula subatómica
a la que no veo que lleguemos a imaginarnos
ésa no es la idea del colegio
nos imaginamos algo muy chico
pero algo chico es un ratón
un pájaro, un cerro chico
un piojo por último
algo chico es algo que se compara con algo
una partícula subatómica no tiene comparación
ese pedazo de nada lo trastorna todo
porque hasta el átomo el Renacimiento era posible
la Ilustración era posible
el Socialismo era posible
la democracia de libre mercado era posible
el socialismo de libre mercado era posible
el amor a la sabiduría era posible
y también era posible estar loco

con la partícula subatómica es distinto
los más inteligentes se hicieron católicos de nuevo
pero en general a la mayoría les quedó la zorra
el universo prácticamente se creó ex-nihilo
ni siquiera era una partícula
y de repente dicen que explotó
(y ‘de repente’ está mal dicho porque el tiempo aquí no funca)
así no más, de repente dicen
y que hasta se escucha todavía
que lo tienen grabado y todo
una tremenda explosión
¿de qué? de algo que ni siquiera era una partícula
y ahí están los planetas y soles
las tremendas distancias entre unos y otros
el agua que es hielo, nieve y nube
(y otras variaciones como la escarcha, el granizo, etc.),
ahí está la flor que deja su néctar al insecto
y de contrabando le llena las patas de polen,
ahí la micro que dobla la esquina y despachurra a un cabro chico.

Todo ex-nihilo
Hasta el tiempo y el espacio mismos
(idea contra la cual Newton luchó toda su vida)

Y la teoría dice que después de la expansión el universo se aprieta de nuevo
y no queda ni el tiempo
o sea que volvemos a la teoría de la creación y el juicio final
pero sin edén, sin árbol, culebra ni manzana
sin caída, sin un cristo que nos salve
sin ángeles con trompetas ni muertos levantándose por todas partes
ni las estrellas cayendo como nieve
y deshaciéndose poco antes de llegar a tierra
según un sueño que tuve hace varios años
(otra vez soñé que llovían neumáticos).
Y también sin que ni remotamente un solo ser viviente,
según nuestro concepto de la vida,
pueda presenciar el fin del universo,
con lo importante que éste ha sido
para la religión, la poesía, la filosofía y la ciencia
desde que los hombres se bajaron de los árboles.

Esta idea tan estilizada
al igual que su dramática versión antigua
impregna de irrealidad cuanto pongamos a tiro de los sentidos
díganme que no
Yo siento en carne propia que nos deja un vacío caballo
incluso cuando parecemos más lejos de su aniquiladora influencia:
borrachos como tenca mirando un techo sin saber de qué casa
o en medio de un partido importante
o en el cine nos sorprendemos mirando todas esas cabezas negras
o en medio del acto sexual nos arrebata
(A mí por ejemplo casi siempre que veo una lagartija,
casi siempre que corre, y se detiene
levanta entrecortadamente la cabeza, y sigue corriendo).

Tantas cosas que hay y que vinieron de una que ni siquiera era cosa
qué va ser de nosotros en este universo que más parece una chispa
frutos del encuentro casual de un espermio y un óvulo
en una trompa de falopio
parecemos un chiste surrealista
sólo para morir hemos nacido
sin el consuelo de dejar rastro en el mundo
porque no habrá mundo en que dejarlo
porque antes uno podía abrir los ojos y decir
nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir
y esto era ciertamente penoso pero también edificante
uno salía fortalecido, era como una ducha helada espiritual.
Y aún antes, como sugería más arriba
Uno podía preguntar por lo que sostiene el universo
dos tortugas” te decían
y uno decía “aaa”
y quedaba tranquilo uno
porque las tortugas son animales muy pacíficos
Pero ahora no sólo no caben las tortugas
sino que en el fondo en el fondo no hay vidas
no hay ríos, no hay mar
ahora en el fondo no hay quién escriba este poema ni tampoco quién lo lea.
A lo mejor el oriente tiene una respuesta, no sé.
En todo caso no hay que preocuparse todavía,
dicen los superficiales de siempre,
porque recién nos estamos expandiendo.