jueves, junio 23, 2011

Misa Fantasma

Para no llenarse de apariciones, pretenden ser los bonzos de la montaña, llevando el traje limpio y resolviendo la paz con palabra muda. Pero las manos están manchadas y los pies son de barro y los perros ladran con la Gran Rabia del engaño. Son simuladores y caminan entre nosotros delicados y se hacen llamar humildes servidores de la santa corporación eclesiástica y liban el tedio como si fuera la calle de los entredichos, cuya policía duerme o lee las cartas.


No hay comentarios.: